Peñajara de Casta Jijona

La ganadería de Peñajara, de divisa azul y oro, pasta actualmente en la localidad pacense de Fuente del Arco, mas concretamente en la finca "Casas de Reina".

Esta vacada, fue creada en 1908 por Victoriano Angoso, y tras diferentes cambios de manos y procedencias, en 1973 cayó en manos de D. Manuel Rueda, quién posteriormente le dio el nombre de "Peñajara" y varió el hierro, dejándolo como se encuentra en la actualidad. En 1977 adquirió una punta de ganado a los Herederos de D. Baltasar Ibán de procedencia Contreras, a partir de los que cimentó lo que se conoce actualmente como Peñajara. En 1997 D. Manuel Rueda decidió vender la ganadería y fué D. José Rufino Martín quien tomo las riendas en la nueva andadura de Peñajara, tras una dura selección y saneamiento de la ganadería, disminuyo sustancialmente el número de cabezas, dando así forma a lo que es ahora su ganadería.

Un reciente estudio de ADN realizado por el veterinario de la UCTL D. Julio Fernández y el catedrático en genética Javier Cañón,
ha sacado a la luz que la ganadería de Peñajara pertenece al núcleo primigenio de Baltasar Ibán, pero curiosamente tras la selección recientemente llevada a cabo se ha acercado hacia la Casta Jijona, presentando un 82% de similitudes a esta en su ADN. De ahí la coletilla que recientemente acompaña al nombre de la ganadería.

D. José Rufino Martín ganadero ilustrado, que ha escrito diferentes artículos sobre la crianza del toro bravo y recientemente ha publicado un libro "Conocer y criar al toro bravo de lidia", pretende plasmar su carácter en esta su ganadería. Define el concepto de bravura, como la defensa del toro al sentirse arrinconado y por ello busca en sus astados las condiciones de fijeza, duración y recorrido. Para ello lleva a cabo una singular selección; en una plaza de tientas de gran diámetro y poca altura en su barrera, con unas fases de la tienta basadas en el caballo, donde la becerra tras acudir de inicio al caballo y tras recibir cuatro puyazos es lanceada de capote, para volver a acudir en cuatro ocasiones al caballo y ya posteriormente ser probada de muleta. En una tienta en Peñajara se aprecian detalles tan curiosos como que durante la tienta no manda callar a la gente allí presente, pues mantiene que el toro en la plaza no se lidia en silenció (salvo raras excepciones). D. José ganadero de cuna, por gusto y para disfrute de su afición, como el mismo se define, ha tenido que ser ahora tras su jubilación, cuando realmente este saboreando las mieles del triunfo en su faceta ganadera.